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Hola Siri: "Hoy no quiero hablar contigo"

  • Foto del escritor: Micky Turci
    Micky Turci
  • 17 feb 2018
  • 3 Min. de lectura

Nos preguntamos cuánto tiempo queda para que hablemos más con nuestros dispositivos que con las personas que nos rodean. Queda muy poco. La razón de esta realidad es que todas las compañías de hardware, de software y de tecnologías varias se copian unas a otras e inyectan modas en el mercado que cambian la sociedad, la Historia y a nosotros mismos.


Estas modas, como casi todo, se escapan del control de la Humanidad, no hay una censura previa, no hay unos analistas preocupados en cómo los inventos van a cambiar el mundo tal y como lo conocemos, el mundo cambia antes de que nos amoldemos a como es, no nos da tiempo a percibir a dónde nos llevan esos cambios y además, como los cambios nos llaman la atención, les hacemos el trabajo sucio: los popularizamos.


Los dueños de los medios de comunicación escrita nunca percibieron que su mundo de papel se lo iba a comer su propia versión web que desde sus inicios la entregaban gratis, tampoco previeron que a su versión web se la iba a comer su versión móvil, y tampoco se están oliendo que el vídeo y el audio se lo va a comer todo.


Los otros medios de comunicación y entretenimiento, las televisiones, no están percibiendo o no quieren abrir los ojos y ver que los Netflix, Amazon, youtube, Facebook de turno están acabando con la emisión continua. No quieren reconocer que su modelo quiebra, y no quieren reconocerlo porque de momento viven en un modelo de negocio cómodo, controlado, millonario.


Paradógicamente, las redes y centrales de medios, los anunciantes, son igual de lentos en su mayoría para cambiar sus sistemas de llegada a su público objetivo. La paradoja se alimenta porque sigue habiendo publicidad en las versiones de papel y las siguen pagando caras, sigue habiendo display en las versiones web para PC, que ya solo representan un 15% de las páginas vistas, y han tardado mucho en incorporarse al mundo móvil y van a tardar mucho en darse cuenta de que sus objetivos ya ni leen en su teléfono, solo miran y escuchan. Este hecho singular, la lentitud en percibir los cambios por parte de los anunciantes es lo que distorsiona el negocio de los soportes de información, piensan que están vivos porque hay alguien que los alimenta...


Un dato curioso, en google las búsquedas se hacen en muy altos porcentajes a través de imágenes, y las peticiones de búsqueda desde los dispositivos móviles se hacen a través de sus asistentes de voz en casi un 60%.


La voz gana la partida, la voz es la dueña y señora de lo que va a ocurrir en el futuro inmediato, todo cuanto se hace de cara al posicionamiento de nuestros temas lo vamos a tener que adecuar a la voz y lo peor es que nos encontramos en un escenario difícil de prever. No hay patrones diseñados para posicionar términos por voz, se están usando los mismos que hemos usado hasta ahora, porque la voz de momento solo traduce a texto lo que le decimos, pero ¿cuánto va a tardar en identificar los matices de nuestro estado de ánimo, los matices de nuestro escueto mensaje al micrófono del teléfono?


Siri: noticias de deporte. Una consulta como ésta nos va a llevar a que Siri o Cortana o Google assistant o Alexa tiren de buscadores y nos presente una ristra innumerable de noticias que seguramente empezarán por fútbol y acabarán por cualquier tema bien posicionado por esos términos. Pero si entramos en los matices, en breve, los reconocedores de nuestra voz sabrán si lo que queremos es ver noticias de deporte o noticias sobre hacer deporte, y sólo con el tono de nuestra voz ¿y eso cómo se optimiza?


Complejo futuro el del SEO, complejo futuro el de la humanidad que va a tener que hablar con las máquinas le guste o no y complejo momento el que vivimos si queremos frenar este desenfreno que nos va a llevar a decirle a Siri lo de "hoy no quiero hablar contigo". Hoy no quiero que sepas que no me gusta hablar con una máquina, hoy me he dado cuenta de que lo que hago a diario ya no me gusta, que las máquinas están para darnos un servicio no para ser sus esclavos.


¿Estamos a tiempo de cambiarlo todo? Sin duda, pero difícil va a ser que las empresas dejen de competir entre ellas con las cosas más llamativas, sus economías de escala implantarán el Siri de turno de forma universal, y el mundo cambiará al son de aspectos puramente comerciales, sin la más mínima reflexión sobre el daño que hacen.


Al menos escucharemos la voz de nuestros hijos cuando hablen con las máquinas porque ahora viven en el silencio de sus habitaciones en el que sólo minúsculos golpeteos en el teclado del Whatsapp rompen su mundo de autistas socialmente admitidos. Está claro que el futuro promete ser más ruidoso, al menos hasta que cambie.




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